¿Cómo lidiar con la depresión?

19/04/23  Por David Saeteros

Como hemos definido en una anterior entrada, la depresión es una enfermedad mental que lidera las causas de incapacidad a nivel mundial y, aunque actualmente se cuentan con terapias farmacológicas y psicológicas para su tratamiento, experimentar depresión no deja de ser un verdadero desafío en la vida de 280 millones de personas en el mundo. Este artículo trata sobre los tratamientos más comúnmente utilizados para paliar los efectos adversos de la enfermedad.

El tipo de tratamiento depende del nivel de gravedad de la persona con depresión. Por regla general, la depresión se debe tratar con una combinación de psicoterapia y farmacoterapia, sin embargo, síntomas muy leves de depresión pueden ser tratados únicamente con psicoterapia; los síntomas moderados y graves se beneficiarán mucho más de la combinación de psicoterapia con farmacoterapia.

La psicoterapia consiste en el uso de métodos psicológicos para reducir el malestar de un individuo, cambiar su comportamiento y reestablecer o mejorar, si cabe, sus niveles de funcionamiento y salud mental.

Las escuelas de terapias para el tratamiento de la depresión

El uso de distintos métodos psicológicos para lograr el mismo fin constituye las escuelas de psicoterapias. Las más conocidas son la terapia cognitivo conductual, la de activación comportamental, la psicodinámica, la de resolución de problemas, la interpersonal y el mindfulness.

Cada una de estas escuelas de psicoterapia pondrá el énfasis en distintos procesos psicológicos. La terapia cognitivo conductual propone la identificación de modelos de pensamientos negativos y distorsionados que está influyendo directamente en la manifestación de la depresión. Además de esto, entrena al paciente en habilidades que le ayuden a identificar estos patrones de pensamientos y le ayuden a reemplazarlos con pensamientos más positivos.

La terapia de activación conductual se centra en aumentar las actividades positivas del paciente que proveen de un sentido de placer o control sobre su experiencia. Este tratamiento también se enfoca en identificar y confrontar conductas de evitación del paciente.

La terapia psicodinámica ayuda al paciente a explorar y aumentar la comprensión de las emociones, pensamientos y experiencias tempranas de vida que estén contribuyendo a los problemas actuales. Reconocer estos patrones pueden ayudar a la persona a lidiar con ellos y, eventualmente, cambiarlos.

La terapia de solución de problemas enseña a los pacientes un conjunto de habilidades estructuradas para generar métodos creativos para enfrentar problemas, identificar y superar obstáculos en la consecución de objetivos vitales, y tomar mejores decisiones.

La terapia interpersonal se basa en ayudar a las personas a identificar y resolver problemas en sus relaciones y roles sociales, incluyendo los conflictos interpersonales, transiciones de roles y relaciones empobrecidas.

Finalmente, el mindfulness, que tiene sus orígenes en prácticas contemplativas budistas, involucra la práctica regular de meditación durante la cual uno presta atención a sus pensamientos, sentimientos y experiencias sin juicios a priori, aprendiendo a aceptarlos tal y como son, sin intentar cambiarlos.

En términos farmacológicos, la terapia más común incluye el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Esto quiere decir que se busca conseguir un superávit de serotonina en los espacios intercelulares de las neuronas para mejorar la comunicación entre ellas. Este superávit se consigue porque los inhibidores bloquean la reabsorción de serotonina desde el espacio interneuronal hacia la neurona presináptica, es decir, hacia la neurona que envía el mensaje eléctrico.

La existencia de tanta variabilidad en el tratamiento de la depresión es un síntoma de que muchos de estos tratamientos, o son equivalentes o muy parecidos entre sí, o tienen un nivel muy bajo de éxito.

El tratamiento de la depresión sigue un modelo progresivo de intervención. Esto quiere decir que, cuando se sospecha de depresión en una persona, no es conveniente administrar los tratamientos más fuertes enseguida. En su lugar, las mejores prácticas consisten en evaluar, dar soporte, ofrecer psicoeducación, monitorear activamente el desarrollo y referir
a otros profesionales en caso de que se necesite más evaluaciones.

Si los niveles de depresión se hacen más evidentes, el siguiente paso consiste en intervenciones psicosociales de poca intensidad,
intervenciones psicoterapéuticas, medicación y referir. El tercer paso, con un nivel todavía más urgente de depresión, incluye medicación, intervenciones psicosociales de alta intensidad, combinación con tratamientos, ofrecer cuidados en colaboración con otros profesionales de salud y continuas evaluaciones e intervenciones.

El último paso, en el que se lidia con una depresión muy avanzada, consiste en medicación, intervenciones psicosociales de alta intensidad, terapia electroconvulsiva, prestación de servicios en casos de crisis, combinación de tratamiento y cuidados con diferentes profesionales y hospitalización. Qué decisión tomar dependerá exclusivamente de la situación del paciente y del juicio profesional.

Un panorama desalentador para las personas con depresión

La existencia de tanta variabilidad en el tratamiento de la depresión es un síntoma de que muchos de estos tratamientos, o son equivalentes o muy parecidos entre sí, o tienen un nivel muy bajo de éxito. Lamentablemente, parece ser que muchos de estos tratamientos no producen mejoras muy significativas en la población deprimida.

Dada la elevada prevalencia de la depresión en el mundo y las limitaciones que conlleva en la vida de una persona, es importante desarrollar tratamientos más efectivos y con una posibilidad de alcance mayor.

Un mensaje de esperanza para el tratamiento de la depresión

El uso de móviles como herramientas de recolección de información sobre el paciente, sobre el curso y la variación de su enfermedad constituye una herramienta potencialmente más efectiva que los tradicionales autoinformes que solamente recogen información o bien del estado del paciente en un solo momento en el tiempo, o de la tendencia comportamental del paciente. Es altamente probable que las mejoras en la tecnología de la recolección de datos y del tratamiento nos permitan dar pasos más apresurados y acertados en la dirección de la salud mental.

Asimismo, los avances tecnológicos también ofrecen una vía alternativa para el tratamiento de la depresión. Las ventajas que ofrecen en términos de la facilidad con la que se puede disponer de ellos y porque están menos restringidos por limitaciones de espacios o tiempos, ha facilitado los esfuerzos por diseñar herramientas terapéuticas

Para una lectura más extensa sobre el tema, revisar: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27629598/

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