Thomas Johansen, Irene Øyeflaten, Hege R Eriksen, Peter S Lyby, Winand H Dittrich, Inge Holsen, Hanne Jakobsen and others
J Occup Rehabil. 2021 Sep;31(3):592-603. doi: 10.1007/s10926-020-09944-5. Epub 2021 Jan 20.
Las necesidades en relación con las bajas laborales varían según el sujeto. En este estudio se describe el papel que cumplen dos funciones cognitivas en las necesidades de baja laboral.
A veces se puede creer que una solución válida en la ciencia es suficiente para todo los casos. Si un estudio demuestra que un grupo con depresión logra mayor bienestar emocional después de una intervención, se asume que dicha intervención puede conseguir el mismo resultado para otras personas. Así funcionan no solo muchas intervenciones psicológicas, sino también médicas.
Cada vez más es más evidente, sin embargo, que no existe una suerte de “talla única” en la intervención de enfermedades mentales. En este estudio se afirma que existen diferencias en las necesidades de baja laboral por enfermedades mentales según el funcionamiento cognitivo del sujeto. Se habla, en particular, de dos funciones cognitivas: la atención sostenida o la capacidad de mantener la atención en una actividad o estímulo durante largo tiempo y la memoria de trabajo o la capacidad de mantener información a corto plazo para actuar basado en ella. En efecto, este estudio concluye que las personas con mejores puntajes en pruebas de atención sostenida y de memoria de trabajo suelen pasar menos tiempo en baja laboral que aquellos con peores puntajes.
Las implicaciones que estos hallazgos tienen son muchas, pero podemos mencionar unas pocas: en primer lugar, mientras más información tengamos sobre una persona, nuestras intervenciones pueden ser mejores direccionadas para acelerar y aumentar sus probabilidades de recuperación. En segundo lugar, podemos mejorar la calidad de nuestras intervenciones si tratamos la atención sostenida y la memoria de trabajo. Finalmente, no existe una “talla única” en términos de intervenciones terapéuticas y necesidades clínicas; por tanto, todas las herramientas que ayuden al terapeuta a descubrir y entender la “talla” propia del paciente, incrementarán la eficacia de sus tratamientos y disminuirán los tiempos muertos por falta de información.