Recomendaciones para la adopción de IA respetuosa, transparente, segura y justa
La patronal tecnológica DigitalES, ha presentado el informe ‘Inteligencia artificial ética en Sanidad’, que recoge propuestas sobre cómo superar los desafíos que plantea el uso de estas herramientas en un ámbito tan sensible como la salud. Un total de 28 recomendaciones, extraídas de las entrevistas realizadas a compañías tecnológicas y sanitarias, facultativos, desarrolladores y otros expertos en inteligencia artificial (IA).
La implantación de la Inteligencia artificial en el campo de las ciencias de la salud ha sido una constante en los últimos años. El uso de dispositivos con capacidades similares a los seres humanos está permitiendo avances nunca vistos para la comunidad científica, ya que ofrece mejoras en el ámbito de los diagnósticos, del control de enfermedades o de la atención sanitaria.
La IA en el ámbito sanitario presenta una serie de particularidades éticas relacionadas con
1) unas necesidades de privacidad de datos y de robustez de los algoritmos superiores a otros ámbitos.
2) una necesidad muy clara de establecer la responsabilidad, sin que ello disuada a los profesionales médicos de emplear estas herramientas.
Para ello, resulta esencial realizar un análisis racional, basado en la evidencia. En la actualidad existen numerosos casos y ejemplos de cómo la Inteligencia Artificial aporta beneficios a la sociedad e impulsa la innovación de nuestros sectores.
El estudio detenido de tales ejemplos es el mejor modo en el que los legisladores pueden decidir sobre pasos futuros. Creemos que la magnitud y relevancia de esta tecnología implementada en un campo tan sensible como el sanitario, se tiene que hacer atendiendo a las recomendaciones de los profesionales y con una temporalidad acorde a la importancia e impacto que conlleva.
Un informe que asienta las bases para el desarrollo de una Inteligencia Artificial ética y segura en el ámbito sanitario
la IA se presenta como una tecnología exponencial que maximiza la productividad y las capacidades de los seres humanos. Se trata, por lo tanto, de una tecnología más encaminada a complementar esas capacidades que a sustituirlas, contribuyendo a alcanzar objetivos compartidos: mejora de la calidad asistencial, reducción de errores y la eficiencia del sistema sanitario.