«Estamos claramente ante un cambio de paradigma:
desde las portadas de los periódicos a la calle, todo el
mundo habla de salud mental. Y las empresas lo perciben, ven como los problemas de salud mental golpean la productividad y no es cosa de uno o dos trabajadores.
Las empresas necesitan seguir funcionando, así que han
interiorizado que tienen que poner remedio, que tienen
que poner recursos o tendremos todos juntos un problema. Tanto las organizaciones como las personas trabajadoras…»
Magda Casamitjana, directora del Pacto Nacional de Salud Mental
La importancia de la salud mental en los entornos laborales ha ganado reconocimiento en los últimos años a causa de su impacto en el bienestar general de los empleados y en el rendimiento de las organizaciones.
Anteriormente, la salud mental solía ser pasada por alto o considerada un asunto personal ajeno al mundo laboral y sus desafíos eran a menudo subestimados o ignorados. Pero estamos avanzando hacia una mayor conciencia y comprensión de la salud mental a causa de una mayor apertura y conversación sobre el tema.
Existen varios mitos relacionados con el estigma en lo que se refiere a la salud mental en el entorno laboral. Algunos de estos mitos incluyen la idea de que las personas con problemas de salud mental son débiles o incompetentes, que no pueden ejercerse de manera efectiva en el trabajo, o que la salud mental es solo un problema personal y no tiene relación con el trabajo. Estos mitos perpetúan el estigma y dificultan el acceso a la ayuda y el apoyo necesario.
Los equipos directivos ejercen un papel crucial en los nuevos liderazgos orientados hacia la salud mental. Es importante que los y las líderes estén capacitados para reconocer los signos de problemas de salud mental, brinden un ambiente de trabajo seguro y de apoyo, y promuevan una cultura donde se pueda hablar con naturalidad de salud mental. Los directivos tienen que ser sensibles a las necesidades de sus equipos y fomentar un entorno en el cual las personas se sientan cómodas al pedir ayuda y buscar el apoyo necesario. Se ha reconocido la importancia de los nuevos liderazgos que fomenten la empatía, la comunicación abierta y la promoción de un ambiente de trabajo libre de estigma.
En resumen, la importancia de la salud mental en los entornos laborales ha evolucionado en los últimos años, pero todavía se enfrenta con desafíos relacionados con el estigma y la discriminación. Abordar estos retos para crear entornos de trabajo saludables y solidarios es fundamental para promover el bienestar de los empleados, mejorar la productividad y retener el talento. La implementación de políticas concretas y la perspectiva de género son aspectos clave en este proceso, y los mánager ejercen un papel esencial en el liderazgo del cambio hacia una cultura organizativa más saludable y comprensiva.
¡La salud mental se ha convertido en una gran oportunidad para que las empresas marquen la diferencia, hagámoslo posible!