Las vacaciones se definen como un periodo relativamente largo e ininterrumpido de descanso del trabajo que contribuye a la recuperación de la carga acumulada en el trabajo, con efectos positivos en la salud y el bienestar.
Por: Adriana Trujillo
¿Para qué las vacaciones?
Las vacaciones se definen como un periodo relativamente largo e ininterrumpido de descanso del trabajo que contribuye a la recuperación de la carga acumulada en el trabajo, con efectos positivos en la salud y el bienestar.
A través de una revisión de literatura, Sluiter y colaboradores (2000) diferenciaron cuatro tipos diferentes de recuperación durante el descanso laboral, que se relacionaba con el tiempo transcurrido tras el inicio de las vacaciones:
- Micro recuperación: ocurre durante los primeros momentos después de finalizar las actividades laborales.
- Meso recuperación: de 10 minutos a 1 hora después de finalizar las actividades laborales.
- Meta recuperación: de 1 hora a 2 días después del trabajo.
- Macro recuperación: más de 2 días después del trabajo.
En este marco, las vacaciones se sitúan en la categoría de Macro recuperación, por lo que se espera que los trabajadores puedan recuperarse de la carga laboral durante este periodo. En este proceso, se han identificado dos mecanismos necesarios para que en realidad ocurra el descanso y recuperación: el primer mecanismo, denominado “pasivo”, es el producto de la liberación directa de las exigencias laborales diarias; este mecanismo se facilita cuando hay un cambio de entorno a uno más relajante que favorece la desvinculación psicológica del trabajo, de otras exigencias y de las rutinas diarias.
El segundo mecanismo, el «activo» ocurre cuando las personas se implican activamente en actividades potencialmente recuperadoras, y es que las vacaciones son una oportunidad de dedicar tiempo a actividades valiosas de elección propia, como aficiones y actividades familiares.
Efectos de las vacaciones en la salud y el bienestar
De Bloom y colaboradores (2009) llevaron a cabo un metaanálisis, en el que revisaron y sintetizaron los resultados de diferentes estudios realizados por diversos autores, con el objetivo de averiguar si las vacaciones tenían un efecto positivo en la salud y el bienestar; profundizando además por cuánto tiempo se extendían estos efectos y si las actividades y experiencias vacacionales estaban relacionadas con estos resultados.
- Sobre el efecto de las vacaciones en la salud y el bienestar: estos investigadores encontraron que el bienestar de los trabajadores mejoró ligeramente tras las vacaciones. Los resultados apuntaban a que los problemas de salud y el agotamiento fueron los indicadores con mejores resultados; sin embargo, en otras variables relacionadas indirectamente con la carga y la exigencia laboral los efectos fueron menos importantes. Los autores plantean la necesidad de identificar el momento en el que ocurre un “punto óptimo de recuperación” que pueda ser el primer paso para elaborar directrices sobre el mejor momento y la duración óptima de las vacaciones.
- Desaparición del efecto de recuperación tras las vacaciones: las evidencias revisadas en los diferentes estudios indicaron que los efectos de la recuperación y el descanso tras las vacaciones se desvanecía luego de 2 a 4 semanas, aunque la información sobre este efecto sigue siendo limitada. Los autores del estudio proponen evaluar el nivel de bienestar de los trabajadores previo al inicio de las vacaciones, al retornar a sus labores habituales y posteriormente hasta ocho semanas después de esta manera se podría tener una visión más detallada de la duración del efecto de recuperación. Adicionalmente, sería interesante identificar aquellos factores que podrían prolongar los efectos de las vacaciones y retrasar el desvanecimiento de estos.
- Actividades y experiencias vacacionales: para el momento en que fue hecho este metaanálisis, los autores no identificaron información concluyente sobre el papel de las actividades y el tipo de experiencias sobre la salud y el bienestar; sin embargo, suponen que podría tener un rol mediador en la satisfacción que pueda sentir una persona sobre sus vacaciones y las valoraciones que haga sobre el regreso a sus actividades laborales habituales. Una manera de superar esta limitación en la información podría implicar la evaluación de las expectativas vacaciones, el tipo de actividades (por ejemplo, activas frente a pasivas, voluntarias frente a involuntarias), experiencias positivas y negativas y la satisfacción producto de las mismas.
En las conclusiones de este estudio, los autores expresan su sorpresa sobre la poca información disponible sobre las características básicas de las vacaciones, como el calendario y la duración de las mismas. En este sentido, en diversos estudios tampoco se informaba si los trabajadores evaluados se habían quedado en casa o habían cambiado de entorno y se daba por supuesto que el periodo vacacional era el contemplado durante el verano.
Contar con esta información puede ayudar a entender el efecto del descanso y la desconexión sobre el bienestar de los trabajadores, además de explorar otro tipo de moderadores presentes en el contexto laboral (p. ej., estresores en el trabajo, tipo de trabajo, etc.), y en el contexto no laboral (p. ej., aspectos culturales, problemas relacionales, dificultades económicas, etc.) y las características personales (p. ej. autoeficacia, adicción al trabajo, etc.).
Finalmente, también deberían investigarse las distintas características de las vacaciones (duración, momento y lugar) y notificarse con precisión para comparar el efecto de los distintos tipos de vacaciones en el bienestar y productividad de los trabajadores tras la reincorporación al trabajo. Los autores de este estudio concluyen que las vacaciones influyen positivamente, aunque de forma débil, en el bienestar, pero que esos efectos positivos no duran mucho. Las futuras investigaciones sobre las vacaciones podrían beneficiarse de mediciones múltiples: antes y después de las vacaciones, y por qué no, también durante las vacaciones.
Deberían investigarse las distintas características de las vacaciones (duración, momento y lugar) y notificarse con precisión para comparar el efecto de los distintos tipos de vacaciones en el bienestar y productividad de los trabajadores tras la reincorporación al trabajo.
Las vacaciones, el agotamiento y el absentismo laboral
Como se ha mencionado anteriormente, las vacaciones brindan a los trabajadores la oportunidad de distanciarse de los factores estresantes del trabajo, por lo que se espera que tengan efectos positivos, al menos temporalmente sobre las tensiones emocionales y conductuales, como el agotamiento y el absentismo que pueden ser causados por la presencia de estresores laborales.
Para evaluar si las vacaciones tenían un efecto sobre los aspectos relacionados con el estrés, el burnout y el absentismo, dos investigadoras de Israel examinaron el impacto del estrés laboral y las vacaciones en la tensión de 87 de trabajadores de una empresa industrial del centro de este país. Este estudio, realizado en 2001 por Mina Westman y Dalia Etzion, fue innovador porque además de incluir las tensiones psicológicas como el agotamiento y la satisfacción con el trabajo y la vida personal; también incluyeron una tensión conductual relevante para la productividad de las empresas y el bienestar de los trabajadores: el absentismo laboral.
En este estudio, los empleados completaron cuestionarios antes y después de las vacaciones, y cuatro semanas después de la reincorporación al trabajo. A nivel general, los resultados indicaron que las vacaciones supusieron un alivio del estrés laboral percibido y el burnout, tal y como se esperaba. Estos resultados reforzaron los hallazgos de otros estudios previos sobre el efecto del descanso en la disminución del estrés crónico en el trabajo, siendo notorio el descenso del burnout inmediatamente después de las vacaciones y un retorno a los niveles previos a las vacaciones cuatro semanas más tarde, y un patrón similar con respecto al absentismo.
Sobre el absentismo, que era la variable innovadora, estas autoras destacan el coste significativo que puede tener para la organización; por lo que, en referencia a las vacaciones, estas deberían estar reguladas o al menos considerar, aquellos periodos en los que haya un aumento de la percepción de estrés, identificado como principal causa del absentismo entre los trabajadores. Aunque, desde su punto de vista, la organización debe priorizar siempre la utilización de medidas de prevención del estrés, como la reducción de la sobrecarga, la ambigüedad y el conflicto en la organización. La gestión preventiva del estrés es más eficaz para el individuo y la organización, que la gestión del estrés una vez se ha presentado.
Otra área por considerar, es la relación entre el absentismo y las actividades no laborales. Según estas autoras, es necesario identificar las actividades por las que se abandona el lugar de trabajo, las funciones y atractivos de estas actividades. Hay pocos conocimientos e información sobre lo que los trabajadores hacen con su tiempo fuera del trabajo, por lo que la investigación en el ámbito del descanso debería centrarse en esta cuestión como siguiente paso obvio.
Desde el marco de la Teoría de la Conservación de los Recursos del estrés (COR), las vacaciones pueden utilizarse como un medio para prevenir la tensión y no sólo como una intervención de gestión del estrés. Según esta teoría, interrumpir las espirales de pérdida y crear espirales de ganancia es la mejor forma de resistir al estrés y la estrategia para conseguirlo es planificar breves períodos de descanso. Sin embargo, la mayoría de los estudios sobre el descanso se han centrado especialmente en el impacto de las vacaciones largas en el bienestar, dejando por fuera los periodos de descanso más breves y su efecto sobre la tensión y el estrés.
Resulta indudable el efecto protector y reparador de las vacaciones sobre el bienestar, la salud y la disminución del estrés, el burnout y el absentismo laboral.
A modo de conclusión, estas autoras proponen que, con el objetivo de desarrollar estrategias de prevención e intervención del estrés, el burnout y el absentismo; la organización debe centrar sus esfuerzos en identificar los factores del trabajo que influyen en el bienestar de los trabajadores, más allá de los efectos de los salarios y las prestaciones. A este aspecto debería sumarse la identificación de las características del descanso que alivian el estrés y la tensión.
En resumen, resulta indudable el efecto protector y reparador de las vacaciones sobre el bienestar, la salud y la disminución del estrés, el burnout y el absentismo laboral. Sin embargo, la mirada en la prevención, en la gestión de periodos especialmente estresantes en la organización, y la profundización en el tipo de actividades que resultan reparadoras para los trabajadores parecen ser el eje sobre el cual se requiere continuar profundizando. Parece que un objetivo deseable para todas las partes implica la identificación de la combinación óptima respecto al momento, el lugar y la actividad a realizar durante las vacaciones, aquella que en realidad pueda tener impacto sobre el bienestar y satisfacción personal y sobre la productividad en la empresa tras la reincorporación a las actividades laborales una vez ha finalizado el periodo vacacional.
Bibliografía
- De Bloom, J., Kompier, M., Geurts, S., De Weerth, C., Taris, T., & Sonnentag, S. (2009). Do we recover from vacation? Meta‐analysis of vacation effects on health and well‐being. Journal of occupational health, 51(1), 13-25.
- Westman, M., & Etzion, D. (2001). The impact of vacation and job stress on burnout and absenteeism. Psychology & Health, 16(5), 595-606.
- Hobfoll, S. (1989). Conservation of Resources: A New Attempt at Conceptualizing Stress. American Psychologist, 44(3), 513-524.
- Sluiter, J. K., Frings-Dresen, M. H., Meijman, T. F., & Van Der Beek, A. J. (2000). Reactivity and recovery from different types of work measured by catecholamines and cortisol: a systematic literature overview. Occupational and Environmental Medicine, 57(5), 298-315.