“Tu código postal, el espacio donde vives, las condiciones sociales, familiares y de habitabilidad en las que se enmarca tu vida son mucho más determinantes en tu salud que los genes que hayas podido heredar”.
Belén González en infoLibre
Con esta frase se resume la postura epistemológica y terapéutica de Belén González, psiquiatra madrileña y miembro de la Comisión de expertos en salud mental y precariedad laboral del Ministerio de Trabajo.
Según esta postura, los síntomas de una enfermedad mental no son principalmente producidos por conflictos intrapsíquicos que experimenta el paciente si no por variables ambientales que están exigiendo más de lo que el paciente puede dar. Es decir, una depresión no es producida por la condición biológica del individuo, si no, sobre todo, por elementos de su contexto.
Consecuentemente, los tratamientos serán infinitamente más efectivos si el foco de atención se traslada de los conflictos intrapsíquicos a las variables ambientales.
Esto tiene implicaciones para las empresas y sus empleados. La formulación del problema psicológico no debe ser únicamente: ¿de qué desequilibrio sufre esta persona?
Además, se debe formular: ¿qué ha influido en esta persona para que reaccione de esta manera? ¿Qué hay que cambiar en nuestra estructura para que esta persona no continúe reaccionando así?
Actualmente, se han visto algunos esfuerzos por hacer este giro en la intervención de los problemas de salud mental, pero aún queda mucho camino por recorrer y obstáculos que superar para que esta propuesta se pueda aplicar.